Si bien Zimbabwe continúa lidiando con la corrupción rampante que ha plagado al país durante décadas, está claro que los enfoques tradicionales anticorrupción en gran medida no han logrado producir un progreso tangible y sostenible.
La corrupción sigue siendo un problema generalizado que sofoca el desarrollo económico, erosiona la confianza pública en las instituciones y priva a los ciudadanos de servicios básicos.
Sin embargo, con un enfoque renovado en enfoques innovadores y multifacéticos, Zimbabwe tiene la oportunidad de cambiar el rumbo y emerger como líder regional en la lucha contra la corrupción.
Hay muchos ejemplos de cómo la corrupción obstaculiza el desarrollo económico y social en Zimbabwe, entre los que se incluyen:
Corrupción en el sector minero
La industria minera de Zimbabwe ha estado plagada de corrupción durante mucho tiempo, y las élites políticas y empresariales bien conectadas a menudo agotan los ingresos y explotan los recursos minerales para beneficio personal.
Por ejemplo, un informe de 2016 del auditor general encontró que más de 15 mil millones de dólares en ingresos por diamantes habían desaparecido en los últimos años debido a la falta de supervisión y prácticas corruptas en la compañía estatal de diamantes.
Esta pérdida masiva de ingresos potenciales ha limitado gravemente la capacidad del gobierno para invertir en infraestructura y servicios públicos críticos que puedan impulsar un desarrollo económico y social más amplio.
Nepotismo en la contratación y adquisiciones gubernamentales
La corrupción está profundamente arraigada en el sector público de Zimbabwe, donde el nepotismo y el nepotismo abundan en los procesos de contratación y adquisiciones del gobierno. Los estudios han demostrado que los empleos en empresas estatales y agencias gubernamentales a menudo se otorgan a personas no calificadas en función de sus conexiones políticas más que de sus méritos.
Del mismo modo, los lucrativos contratos gubernamentales a menudo se dirigen a empresas propiedad de élites políticas o sus asociados, en lugar de otorgarse a las empresas más calificadas y con precios más competitivos. Esto ha socavado la eficiencia y la calidad de los servicios públicos, al tiempo que ha desviado recursos escasos de sus usos más productivos.
Malversación de ayuda humanitaria
Zimbabwe ha enfrentado varias crisis humanitarias en las últimas décadas, desde sequía hasta colapso económico, que han requerido una afluencia de ayuda extranjera. Sin embargo, hay pruebas contundentes de que una parte importante de esta ayuda ha sido malversada o desviada por funcionarios corruptos y sus asociados.
Por ejemplo, una investigación de 2019 encontró que burócratas gubernamentales vendieron en el mercado negro millones de dólares en ayuda alimentaria destinada a zonas afectadas por la sequía. Esto no sólo priva a los grupos vulnerables de un apoyo crucial, sino que también erosiona la confianza pública en la capacidad del gobierno para gestionar y distribuir recursos de manera eficaz.
El mes pasado, nuestro periódico hermano Newsday informó que miembros del Zanu PF en Insiza fueron acusados de secuestrar un programa de distribución de ayuda alimentaria en la región.
Los aldeanos dijeron que el concejal de Zanu PF en el distrito 17, Sindiso Ndlovu, es uno de los presuntos perpetradores que obligaron a los aldeanos a pagar 3 dólares estadounidenses cada uno por el transporte de maíz.
El gobierno dijo que los aldeanos no deberían pagar ni un centavo por la ayuda alimentaria. Thedeus Mjoni, miembro del opositor Consejo Local del Distrito 12, confirmó la politización de la ayuda alimentaria.
Se necesita un enfoque innovador
Una de las principales áreas en las que Zimbabwe ha fracasado en sus esfuerzos anticorrupción es en la aplicación y aplicación de las leyes y regulaciones existentes.
Aunque Zimbabwe tiene un marco legal anticorrupción relativamente sólido, incluida la Ley de Prevención de la Corrupción y la Comisión Anticorrupción, estos mecanismos a menudo se ven socavados por la interferencia política, la falta de recursos y una cultura general de impunidad.
Con demasiada frecuencia, los casos de corrupción de alto perfil se estancan o se abandonan, enviando el mensaje de que los poderosos y los bien conectados están por encima de la ley.
Una estrategia innovadora es aprovechar la tecnología para mejorar la transparencia y la rendición de cuentas. Zimbabwe podría adoptar plataformas digitales para realizar un seguimiento del gasto público, los contratos y la prestación de servicios públicos.
Esto permitiría a los ciudadanos monitorear cómo se utilizan los recursos, reduciendo el potencial de apropiación y asignación indebidas. El gobierno de Zimbabwe puede inspirarse en países como Estonia, que ha implementado con éxito sistemas de gobernanza electrónica para promover la apertura y la eficiencia.
Otro ámbito donde la innovación podría tener un impacto importante es la protección de los denunciantes. Zimbabwe puede crear una plataforma en línea segura para denunciar la corrupción, garantizando el anonimato y la seguridad de los denunciantes.
Esto alentaría a más personas a presentarse y proporcionaría información valiosa sobre las actividades corruptas. El éxito de la Red Mundial de Denuncias a la hora de facilitar la presentación de denuncias de forma segura demuestra el potencial de este enfoque.
Zimbabwe también carece del uso de análisis de datos para identificar patrones y tendencias de corrupción. Al aplicar algoritmos de aprendizaje automático a grandes conjuntos de datos, las autoridades pueden descubrir vínculos ocultos y detectar transacciones sospechosas.
Este enfoque proactivo ayudaría a prevenir la corrupción antes de que ocurra, en lugar de depender únicamente de medidas reactivas. El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha empleado con éxito el análisis de datos para rastrear el fraude y la corrupción, sirviendo como modelo que Zimbabwe puede seguir.
Además, Zimbabwe debería priorizar el fortalecimiento de las asociaciones con organizaciones de la sociedad civil, el sector privado y los organismos internacionales anticorrupción. Estas partes interesadas pueden desempeñar un papel crucial a la hora de exponer la corrupción, exigir reformas y exigir responsabilidades al gobierno.
Por ejemplo, asociarse con iniciativas globales como la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas puede ayudar a aumentar la transparencia y la rendición de cuentas en el lucrativo pero a menudo turbio sector minero de Zimbabwe, que durante mucho tiempo ha sido un foco de corrupción.
Al mismo tiempo, Zimbabwe debería explorar el potencial de las tecnologías innovadoras, como blockchain y la inteligencia artificial, para mejorar la seguridad y la eficiencia de las operaciones gubernamentales.
Por ejemplo, los registros de tierras basados en blockchain pueden ayudar a prevenir el acaparamiento de tierras y la corrupción relacionada con la propiedad, mientras que los sistemas impulsados por inteligencia artificial pueden automatizar y simplificar la toma de decisiones en áreas como la contratación pública.
Al adoptar un enfoque integral e innovador que combine el fortalecimiento institucional, una mayor transparencia y rendición de cuentas, asociaciones estratégicas y un enfoque en abordar las causas profundas, Zimbabwe puede lograr avances significativos en la lucha contra la corrupción.
El camino por recorrer no será fácil, pero las recompensas potenciales de una sociedad más próspera, justa y confiable hacen que el esfuerzo valga la pena. Zimbabwe debe aprovechar esta oportunidad para convertirse en un líder regional y mundial en la búsqueda de la integridad y la buena gobernanza.
- Gary Gerald Mtombeni es un periodista que vive en Harare. Escribe aquí a título personal. Para comentarios, envíenos un correo electrónico a [email protected]/ Llame al +263778861608
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