Explotar las aspiraciones de los atletas emergentes
En España, las autoridades policiales descubrieron recientemente las operaciones de dos organizaciones criminales distintas, ambas involucradas en un plan fraudulento dirigido principalmente a jugadores de fútbol brasileños. Estos grupos sin escrúpulos supuestamente hacían promesas tentadoras a las familias, asegurándoles que sus hijos llegarían a ser futbolistas altamente cualificados, sin ofrecer más que engaños y expectativas incumplidas.
El modus operandi de estas bandas criminales gira en torno a extraer dinero de sus víctimas desprevenidas. Las familias se vieron obligadas a realizar un pago inicial de más de 5.300 dólares seguido de cuotas mensuales de hasta 1.800 dólares por jugador, según los resultados de una investigación policial.
Es lamentable que el alcance de este fraude haya afectado a aproximadamente 70 familias que fueron explotadas, creyendo que sus inversiones allanarían el camino para el éxito de sus hijos en el mundo del fútbol. Como resultado de los esfuerzos de las autoridades, 11 personas involucradas en estas estafas fueron arrestadas y ahora enfrentan consecuencias legales.
Reclamaciones falsas sobre gastos
La estafa orquestada por estas redes criminales consistía en convencer a las familias de que los aportes económicos que hacían eran para cubrir gastos básicos. Se supone que estos gastos incluyen tasas de educación, alojamiento y la documentación necesaria para obtener permisos de residencia, todo dentro de los límites de la ciudad de Granada. Sin embargo, estas afirmaciones han demostrado no ser más que una cortina de humo para ocultar sus intenciones maliciosas.
Promesas engañosas
A diferencia de las tentadoras promesas de las bandas fraudulentas, la realidad para los aspirantes a futbolistas era muy diferente. La declaración emitida por las autoridades policiales revela una marcada contradicción entre lo prometido y lo que realmente experimentaron estos aspirantes a jóvenes. En lugar de las prometidas instalaciones de entrenamiento de élite y futuros prometedores, los jugadores se encontraron viviendo en condiciones de vivienda superpobladas y deficientes, con acceso limitado a una nutrición adecuada. Además, a pesar de las garantías de residencia legal, ningún jugador ha podido obtener el estatus legal prometido en España, lo que expone la vacuidad de estas afirmaciones.
La mayoría de las personas que cayeron en esta estafa eran de origen brasileño y tenían entre 16 y 23 años. Estos jóvenes entusiastas del fútbol, impulsados por el sueño de una carrera próspera, se convierten en víctimas involuntaria de estas crueles estafas.
Curiosamente, estas redes criminales, a pesar de ser entidades separadas, mostraron un alto grado de organización y división del trabajo, como reveló la investigación policial. Cada grupo operaba de forma independiente, con una clara división de responsabilidades que contribuía al éxito general de sus operaciones fraudulentas. Este nivel de coordinación y especialización dentro de las bandas criminales ha confirmado su siniestra eficiencia a la hora de aprovecharse de las esperanzas y aspiraciones de personas vulnerables y sus familias.
Detección de procesos
Dentro de estas bandas criminales se asignan roles distintos. Algunos miembros eran responsables de reclutar y dirigirse a familias adineradas en los países de origen de los jugadores. Otro grupo falsificó certificados educativos falsos para ayudar a los jugadores a obtener visas de entrada. Un tercer equipo directivo supervisó la estrategia general de la operación criminal. La investigación comenzó cuando una de las víctimas presentó una denuncia ante la policía.
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