El CDB de Harare, como muchos centros urbanos de todo el mundo, sufre altas tasas de desocupación de oficinas a medida que las empresas se trasladan a parques de oficinas suburbanos.
Este fenómeno, generalizado en muchas ciudades, requiere soluciones innovadoras para reutilizar estos espacios.
Al examinar las estrategias exitosas en los países desarrollados y en desarrollo, incluidos los países africanos, podemos explorar soluciones transformadoras para el CDB de Harare.
Este análisis profundiza en la efectividad y sostenibilidad de estas estrategias y evalúa su aplicabilidad al contexto único de Zimbabwe.
Mumbai, una concurrida ciudad de la India, ha enfrentado desafíos similares a medida que las empresas se mudan del concurrido y costoso distrito comercial central.
La ciudad ha adoptado un enfoque de desarrollo de uso mixto, que ha sido particularmente evidente en la conversión de antiguas fábricas textiles en el distrito de Lower Parel.
Estos antiguos sitios industriales ahora están prosperando como espacios vibrantes que combinan unidades residenciales, oficinas comerciales, establecimientos minoristas e instalaciones de ocio.
Esta estrategia ha revitalizado el área, atrayendo negocios y residentes nuevamente al centro urbano.
Sin embargo, la sostenibilidad de este modelo está bajo escrutinio debido al aumento de los precios inmobiliarios y la posible gentrificación urbana, que podría desplazar a los residentes de bajos ingresos y a las pequeñas empresas.
El éxito a largo plazo depende de garantizar viviendas asequibles y un desarrollo inclusivo para mantener el equilibrio social.
En Brasil, São Paulo abordó las vacantes en su distrito comercial central reutilizando viejos edificios de oficinas en espacios residenciales y culturales.
La iniciativa del «Corredor Cultural» de la ciudad ha transformado muchos edificios vacíos en museos, galerías de arte y centros culturales.
Este esfuerzo no sólo contribuyó a preservar el patrimonio arquitectónico, sino que también estimuló la economía local al atraer turistas y visitantes locales.
Si bien esta transformación ha contribuido significativamente a revitalizar la economía, la sostenibilidad a largo plazo de este modelo depende de la inversión continua en programas e infraestructura culturales.
Sin un apoyo financiero y comunitario sostenido, estos espacios corren el riesgo de deteriorarse o perder su significado cultural.
La Ciudad de México ha adoptado un enfoque diferente al incentivar la conversión de edificios de oficinas desocupados en viviendas asequibles.
El gobierno proporcionó exenciones fiscales y subsidios a los promotores que realizaron estas conversiones, atendiendo la escasez de viviendas y el excedente de edificios desocupados.
Esta política ha tenido éxito en aumentar la ocupación residencial en el CDB y ofrecer más opciones de vivienda.
Sin embargo, persisten desafíos para garantizar la calidad y asequibilidad de estas unidades de vivienda. Es esencial que se mantengan la supervisión y los incentivos gubernamentales para mantener los estándares de vivienda y prevenir nuevas formas de deterioro urbano.
La ciudad de Detroit, en Estados Unidos, es un ejemplo destacado de reutilización adaptativa.
La ciudad ha convertido espacios de oficinas vacíos en apartamentos, hoteles y espacios de trabajo compartido como parte de una estrategia de renovación urbana más amplia.
Proyectos como la revitalización de la histórica Book Tower y la transformación de la Estación Central de Michigan en un centro de movilidad innovador demuestran cómo Detroit ha transformado espacios vacíos en espacios vibrantes y multifuncionales. A pesar de estos éxitos,
La ciudad de Detroit continúa enfrentando desafíos importantes relacionados con la desigualdad económica y la disminución de la población.
La sostenibilidad de este modelo depende de una recuperación económica más amplia y de políticas de crecimiento inclusivas que satisfagan las necesidades de toda la población.
Tokio ha gestionado eficazmente las vacantes en su distrito comercial central centrándose en la urbanización vertical.
La ciudad ha desarrollado rascacielos polivalentes que combinan oficinas, apartamentos residenciales, centros comerciales y espacios públicos dentro de un mismo edificio.
Proyectos como Roppongi Hills y Tokyo Midtown encarnan este enfoque integrado, proporcionando un entorno de vida y trabajo inclusivo que atrae a la gente de regreso al centro de la ciudad.
Estos desarrollos son altamente sustentables debido a su planificación integral e incorporación de tecnologías verdes.
Sin embargo, los altos costos asociados con tales proyectos pueden limitar su potencial de replicación en otras ciudades o dentro de diferentes contextos socioeconómicos en el propio Tokio.
Berlín ha abordado creativamente los espacios vacíos en el distrito central de negocios a través del concepto de “Zwischennutzung” (uso temporal), permitiendo el uso temporal de edificios vacíos con fines artísticos, culturales y comerciales.
Espacios como el antiguo aeropuerto de Tempelhof y la Aufbau Haus se han convertido en centros creativos que acogen a empresas emergentes, artistas y eventos comunitarios, fomentando una cultura urbana dinámica.
La sostenibilidad de este modelo depende de la flexibilidad de los espacios y de su capacidad para adaptarse a las necesidades cambiantes a lo largo del tiempo.
Si bien estos espacios tienen éxito en el corto plazo, a menudo requieren transformaciones más permanentes para seguir siendo viables en el largo plazo.
En Sudáfrica, el barrio de Maboneng en Johannesburgo ejemplifica cómo la reurbanización de uso mixto puede revitalizar un área abandonada.
Los antiguos edificios industriales y de oficinas se han transformado en un animado distrito con galerías de arte, tiendas, restaurantes y unidades residenciales.
Esta transformación ha atraído a muchas empresas y residentes, promoviendo la recuperación económica y la vitalidad cultural.
Sin embargo, a medida que aumentan los valores de las propiedades, la región enfrenta el riesgo de una gentrificación urbana, que podría desplazar a las comunidades indígenas de bajos ingresos.
Garantizar la sostenibilidad a largo plazo requerirá políticas que logren un equilibrio entre el desarrollo y la justicia social, como la provisión de viviendas asequibles y la participación comunitaria en los procesos de planificación.
La capital de Kenia, Nairobi, ha visto una transformación similar en el área de Westlands, donde antiguos espacios de oficinas se han convertido en desarrollos de uso mixto.
Esto ha estimulado la economía y aumentado la vitalidad urbana.
Sin embargo, la sostenibilidad de estos desarrollos enfrenta desafíos debido a limitaciones estructurales y disparidades socioeconómicas.
La inversión continua en infraestructura y políticas inclusivas es esencial para sostener el impulso de la renovación urbana.
Algunas ciudades, como Detroit, han experimentado dobles transformaciones a lo largo del tiempo.
Inicialmente, Detroit enfrentó un declive industrial que creó una gran cantidad de vacantes, seguido de una ola de reutilización adaptativa.
A medida que la ciudad continúa desarrollándose, enfrenta la necesidad de una segunda transformación para abordar los persistentes desafíos económicos y sociales.
Este proceso iterativo subraya que la regeneración urbana a menudo requiere esfuerzos sostenidos y adaptación a nuevas realidades.
Sobre la base de estos ejemplos globales, Harare puede considerar varias estrategias transformadoras para su CDB.
Los desarrollos de uso mixto, que combinan espacios residenciales, comerciales, minoristas y de entretenimiento, pueden atraer diversos grupos de usuarios e incrementar la actividad económica.
Convertir oficinas vacías en viviendas asequibles con subsidios gubernamentales e incentivos fiscales podría abordar la escasez de viviendas y reconstruir el distrito comercial central.
Reutilizar edificios y transformarlos en centros culturales y creativos, como galerías de arte, teatros, espacios de trabajo conjunto y laboratorios de innovación, puede fomentar una escena cultural vibrante.
La adopción del urbanismo vertical mediante el desarrollo de edificios de gran altura que integren usos múltiples puede conducir a un mejor uso del suelo. La incorporación de espacios verdes y servicios públicos puede mejorar la habitabilidad, haciendo que el CDB sea más atractivo para residentes y visitantes.
Fomentar la reutilización adaptativa y el uso temporal de edificios vacíos para proyectos y eventos a corto plazo puede generar actividad económica temporal manteniendo al mismo tiempo la función de los edificios.
Finalmente, trasladar oficinas gubernamentales e instituciones educativas al distrito comercial central proporcionaría un flujo estable y continuo de personas, lo que estimularía las empresas auxiliares e impulsaría la economía local.
La implementación exitosa de estas estrategias en Harare requerirá un fuerte apoyo político e incentivos, como exenciones fiscales, subvenciones y subsidios para desarrolladores y empresas.
Las asociaciones público-privadas pueden aunar recursos y experiencia, garantizando proyectos de reurbanización inclusivos y sostenibles.
La interacción con las comunidades locales a través de procesos de planificación participativa garantiza que los proyectos de reurbanización cumplan con los requisitos reales de los residentes, mejorando la aceptación y el apoyo de la comunidad. La incorporación de prácticas sostenibles, como diseños de edificios ecológicos, energía renovable y sistemas de gestión de residuos, puede hacer que el CDB sea más resiliente y respetuoso con el medio ambiente.
Harare CBD puede transformar espacios de oficinas vacíos en áreas vibrantes y multifuncionales mediante la adopción de estrategias de ciudades de todo el mundo.
Este proceso requiere una combinación de estrategias a corto y largo plazo, respaldadas por marcos de políticas, participación comunitaria y prácticas sostenibles.
Al aprender de ejemplos globales, Harare puede crear un distrito comercial central dinámico y resiliente que satisfaga las necesidades de sus residentes y empresas, allanando el camino para un futuro urbano más brillante.
*El Dr. Bikithemba Mpofu es el director de bienes raíces de Intergrated Properties.
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