Unas 170.000 personas salieron a las calles un día después de que el primer ministro Pedro Sánchez prestara juramento para un segundo mandato.
Decenas de miles de manifestantes marcharon por Madrid, manifestándose contra una controvertida ley de amnistía catalana que permitiría al primer ministro español, Pedro Sánchez, formar gobierno para un segundo mandato.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Sánchez obtuvo el apoyo del partido separatista catalán Junds al otorgar amnistía a aquellos involucrados en un intento estancado por la independencia regional hace seis años.
Según funcionarios, más de 170.000 personas participaron en la protesta del sábado, la mayor protesta jamás contra el acuerdo, que ha provocado oposición en las calles de ciudades de todo el país.
Sánchez asumió el cargo el viernes, casi cuatro meses después de que unas elecciones no concluyentes dejaran al país con un parlamento sin consenso. El Partido Popular (PP), el principal partido conservador de la oposición, obtuvo la mayor cantidad de votos; sin embargo, una coalición de derecha con el partido de extrema derecha Vox no logró asegurar la mayoría absoluta necesaria para formar gobierno.
Los manifestantes ondeaban banderas españolas y portaban carteles que decían «Sánchez traidor» y «No vendas España».
Cuatro asociaciones judiciales, partidos políticos de oposición y líderes empresariales dicen que la legislación amenaza el Estado de derecho y la separación de poderes.
Entre los manifestantes se encontraban el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y Santiago Abascal, jefe de Vox.
Después de la manifestación, cientos de personas protestaron en la carretera cerca del Palacio de La Moncloa, la residencia del primer ministro en Madrid. La carretera A6 estuvo cerrada durante aproximadamente una hora durante la manifestación, pero se volvió a abrir después de que la policía despejara la zona.
Se celebró una pequeña protesta frente a la embajada de España en Londres.
Unas 400 personas involucradas en el movimiento independentista que llegó a un punto crítico en 2017, incluidos policías que se enfrentaron a separatistas y activistas, se beneficiarán de la ley.
Entre ellos se encuentra el expresidente catalán Carles Puigdemont, líder de Junts y autor intelectual del referéndum ilegal, que hoy vive exiliado en Bélgica.
El referéndum de independencia fue declarado ilegal por los tribunales y provocó la peor crisis política de España en décadas.
Según el Consejo de Investigaciones del CSIC de España, la amnistía española, la primera aprobada en la UE desde 1991, es la mayor desde la amnistía de 1977 por crímenes cometidos durante la dictadura de Francisco Franco.
Sánchez, que ganó la votación parlamentaria del jueves para formar un nuevo gobierno por 179 a 171, respaldó la ley diciendo que la amnistía ayudaría a aliviar las tensiones en Cataluña. Algunos de sus ministros, incluido un alto funcionario del PSOE, Félix Bolaños, elogiaron la ley como una forma de «curar las heridas y resolver el conflicto político existente».
Manifestantes, incluidos grupos neonazis, han realizado manifestaciones frente a la sede del Partido Socialista en Madrid durante 15 noches consecutivas desde que se anunció el acuerdo, lo que provocó enfrentamientos violentos con la policía y detenciones.
En una encuesta realizada a mediados de septiembre por la empresa Metroscopia, aproximadamente el 70 por ciento de los encuestados (59 por ciento de los cuales eran partidarios del socialismo) dijeron que estaban en contra de la idea de amnistía.
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