Las tropas chinas que sirven en la misión de estabilización de las Naciones Unidas en el este de la República Democrática del Congo celebraron una ceremonia de despedida el martes, lo que marcó un importante punto de inflexión en la región devastada por el conflicto.
La administración de Kinshasa, que considera que los 15.000 cascos azules de la ONU estacionados en toda la gran nación centroafricana son ineficaces para proteger la región, ha solicitado la remoción.
Está previsto que el proceso de retirada, que comenzó en febrero pasado, se lleve a cabo este año en tres etapas. La primera fase, que se espera que concluya a finales de abril, incluye la retirada de las fuerzas policiales y militares de 14 localidades de Kivu del Sur.
También se espera que los empleados civiles se retiren antes del 30 de junio.
Luego la atención se centrará en las regiones de Ituri y Kivu del Norte, donde los rebeldes del M23 han tomado el control de gran parte del país.
La fuerza china de 200 soldados, compuesta en su mayoría por médicos e ingenieros de construcción, fue eficaz en muchos aspectos de la misión de mantenimiento de la paz.
El jefe de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo, Bento Keita, elogió a las fuerzas de paz chinas, quienes dijeron: “Su experiencia, profesionalismo y disciplina les permitieron superar desafíos en circunstancias a veces muy difíciles”.
Destacó el importante papel que desempeñan en la promoción de la seguridad y la paz en la República Democrática del Congo.
Desde 2003, la fuerza china ha estado estacionada en una base en el lago Kivu, cerca de la capital provincial, Bukavu, donde ha participado en proyectos de ingeniería que incluyen renovaciones de puentes y reparaciones de carreteras.
Después de la ceremonia, se espera que las tropas chinas abandonen la República Democrática del Congo en unos diez días.
Pero el 28 de febrero, unos 250 soldados paquistaníes entregaron su puesto en Kamanyola, cerca de las fronteras con Ruanda y Burundi, a la policía congoleña.
Establecida en 1999, la operación de la ONU contó con la participación de fuerzas locales apoyadas por Angola, Namibia, Zimbabwe, Uganda y Ruanda para detener el segundo conflicto en la República Democrática del Congo.
La operación se cobró la vida de 20.000 soldados de la ONU en el país en su punto máximo. Lamentablemente, según estadísticas de las Naciones Unidas, más de 270 soldados de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo perdieron la vida.
Durante tres décadas, los grupos armados han aterrorizado la región oriental, y Kinshasa ha condenado sistemáticamente a la MONUSCO por lo que considera su incapacidad para proteger a la gente de estas organizaciones.
Millones de personas han sido desplazadas y cientos de miles de personas han muerto como resultado de las guerras que estallaron durante la década de 1990, lo que pone de relieve las continuas dificultades que enfrenta la República Democrática del Congo en su búsqueda de estabilidad y paz.
fuente: Agencia de prensa de Francia
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