Científicos en Universidad de Bristol Han logrado avances significativos en la comprensión de cómo ciertos virus, incluido el SARS-CoV-2, se propagan por el aire. Los resultados revelan que los niveles de dióxido de carbono (CO2) desempeñan un papel crucial en la vida útil y la transmisión de virus transmitidos por el aire.
El dióxido de carbono aumenta la vida útil del virus
Se sabe que los virus se propagan a través de pequeñas gotas que se liberan cuando respiramos, estornudamos o tosemos. Estas gotitas transportan virus de una persona a otra a través del aire. Sin embargo, una investigación reciente está explorando cómo la composición química de las gotitas afecta la vida útil del virus.
En condiciones normales, el líquido de estas gotas es ligeramente alcalino. Esta alcalinidad actúa contra la supervivencia de los virus, inactivándolos gradualmente como un mecanismo de defensa microscópico.
El estudio introduce una variable crucial: el dióxido de carbono. Cuando el dióxido de carbono está presente en el aire, reacciona con la humedad de las gotas, actuando como un ácido suave. Esta reacción es fundamental porque reduce la alcalinidad natural de las gotas haciéndolas menos alcalinas.
En ambientes con altos niveles de dióxido de carbono, como habitaciones mal ventiladas o espacios abarrotados, la acidez de las gotas aumenta. Esto altera el proceso natural de autolimpieza.
Al reducir la alcalinidad, el dióxido de carbono crea condiciones más favorables para los virus. Esto les permite permanecer infecciosos por más tiempo. La larga vida útil del virus aumenta las posibilidades de infectar a más personas.
La importancia de la conexión del virus CO2
Esta investigación proporciona información valiosa sobre cómo y por qué los virus se transmiten de manera más efectiva en ciertos entornos, destacando los siguientes puntos clave:
Lugares concurridos y mal ventilados.
Estas áreas suelen encontrarse en el transporte público, oficinas o eventos en interiores. Suelen tener altos niveles de dióxido de carbono porque muchas personas respiran muy cerca. El estudio indica que los niveles elevados de dióxido de carbono reducen la alcalinidad natural de las gotitas respiratorias y prolongan la vida de los virus que contienen.
Este cambio químico probablemente conduzca a tasas más altas de transmisión de virus. Los espacios abarrotados y mal ventilados son conocidos focos de propagación de enfermedades.
Respiración
Durante mucho tiempo se ha considerado que el aire fresco es beneficioso para la salud respiratoria, pero este estudio cuantifica cuán importante es una buena ventilación para controlar la propagación del virus. Al introducir aire exterior, podemos mitigar eficazmente las concentraciones de dióxido de carbono y los virus transmitidos por el aire en el interior.
Esto reduce la carga viral general y acelera el proceso de desactivación del virus. Mejorar la ventilación o abrir ventanas mejora la seguridad de la salud pública en espacios concurridos.
Cambio climático
No se puede ignorar el contexto ambiental más amplio de esta investigación. A medida que los niveles globales de dióxido de carbono continúan aumentando debido a actividades humanas como la quema de combustibles fósiles y la deforestación, las consecuencias para la salud pública podrían ser profundas.
El aumento del dióxido de carbono atmosférico puede significar que incluso los ambientes exteriores algún día puedan imitar las condiciones menos alcalinas que normalmente se encuentran en espacios interiores abarrotados y mal ventilados.
Esto podría aumentar la estabilidad y la transmisión de virus respiratorios en todo el mundo. Destaca la necesidad urgente de estrategias sólidas de salud pública para abordar los desafíos de las políticas ambientales y de salud. Este enfoque es crucial para mitigar los riesgos de futuras pandemias.
Implicaciones del contacto con el virus CO2
El estudio tiene implicaciones de gran alcance para las medidas de salud pública destinadas a ayudar a prevenir la transmisión de virus transmitidos por el aire.
Ventilación mejorada
La calidad del aire interior se está convirtiendo en un factor fundamental para mitigar la transmisión de virus. Promover la ventilación es fundamental, especialmente en espacios compartidos y frecuentemente concurridos, como oficinas, escuelas y transporte público. Esto se puede lograr de varias maneras:
- Ventilación natural: Simplemente abrir las ventanas puede mejorar enormemente el intercambio de aire y reducir los niveles de dióxido de carbono, lo que lo convierte en uno de los métodos más accesibles.
- Ventilacion mecanica: Actualice sus sistemas HVAC para asegurarse de que no solo hagan circular aire, sino que lo reemplacen efectivamente con aire fresco del exterior.
- Sistemas de filtración de aire: El uso de filtros HEPA u otras tecnologías de filtración de aire puede ayudar a eliminar las partículas virales del aire, complementando el proceso de mitigación del dióxido de carbono.
Monitorear los niveles de dióxido de carbono
El monitoreo de los niveles de dióxido de carbono en ambientes interiores proporciona una forma práctica de evaluar la calidad del aire en tiempo real. Los niveles altos de dióxido de carbono a menudo indican una ventilación inadecuada, lo que indica un mayor riesgo de transmisión prolongada del virus en estos entornos.
Por lo tanto, los monitores de dióxido de carbono pueden servir como un sistema de alerta temprana, provocando los ajustes necesarios en las prácticas de ventilación, especialmente en áreas cerradas o concurridas, como salas de conferencias y aulas.
La continua importancia del ocultamiento
Las barreras físicas, como las máscaras, siguen siendo fundamentales para controlar la propagación de virus respiratorios. Las mascarillas evitan eficazmente que una parte importante de las gotitas respiratorias sean inhaladas o expulsadas, lo que reduce el riesgo general de transmisión del virus.
Esta medida preventiva es especialmente importante en espacios donde las mejoras de ventilación no son prácticas o insuficientes.
Si bien la investigación aún está en curso, los resultados de este estudio contribuyen a una nueva comprensión de la vida útil y la transmisión del virus transmitido por el aire frente al aumento de los niveles de dióxido de carbono.
El profesor Jonathan Reid, coautor, dijo: «Ahora tenemos una imagen más completa del papel que desempeñan los aerosoles respiratorios en la transmisión de virus infecciosos entre personas y los mecanismos que controlan su supervivencia».
El estudio se publica en la revista. Comunicaciones de la naturaleza.
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