El aleteo de las mariposas puede causar un tornado en el otro lado del mundo. Ya sabes, teoría del caos. Cuando Heinken compró la cervecería Cruzcampo, con sede en Sevilla, envió a varios de sus trabajadores a la capital andaluza para completar la colaboración. Este movimiento comercial ha tenido un impacto en el fútbol a lo largo de los años: Anselmo García, hijo de un trabajador irlandés que emigró a Heineken, ha sido convocado para la selección sub-21 de Irlanda, pero el central del Wolfsburgo de 18 años nació en Sevilla y tiene un futuro prometedor. . La razón por la que es mejor seguir la tendencia deportiva de la selección española.
Anselmo García McNulty (Sevilla, 2003) creció en Valencina de la Concepción, localidad a ocho kilómetros de Sevilla, y se crió como futbolista en las categorías inferiores del Betis. Hace dos años, Wolfsburg vio su potencial y lo fichó con el equipo Sub-17. En menos de dos temporadas, Anselmo es una de las grandes promesas de los Wolfs, capitán de la selección Sub-19, y este verano comenzará la temporada con el primer equipo. El que jugará la próxima edición de la Champions League.
Wolfsburg ha eliminado a la selección sub-23 de su organigrama para que tengan dos opciones para el futuro de Anselmo. El primero, registrándolo en el primer equipo como mariscal de campo central hasta que gane experiencia y se instale en el vestuario. El segundo, un cedido para que tenga minutos y se conserve su tremenda progresión.
García es un defensa alto (1,87 metros), muy fuerte y duro, y es precisamente el perfil que le ha faltado a la Selección en los últimos años. Por ello, la Federación Española de Fútbol debería estar atenta a su futuro en caso de que su carrera mejore y no lamentar más tarde haberle dejado ir con Irlanda.
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