La madre de Alexei Navalny dijo que vio su cuerpo, pero las autoridades rusas la estaban presionando para que permitiera que lo enterraran «en secreto».
En un discurso en vídeo, Lyudmila Navalnaya dijo que la llevaron a la morgue, donde firmó el certificado de defunción.
El secretario de prensa del exlíder de la oposición dijo que el informe médico presentado a Navalnaya indicaba que había muerto por causas naturales.
La viuda de Navalny dijo que las autoridades rusas lo mataron.
Lyudmila Navalnaya dijo que la ley exigía que los funcionarios entregaran el cuerpo de su hijo, pero fue «chantajeada» porque se negaron a hacerlo. Afirmó que las autoridades estaban determinando las condiciones para el entierro de su hijo, incluyendo el lugar, hora y forma de su entierro.
Ella dijo: Quieren llevarme al borde del cementerio a una tumba nueva y decirme: Aquí yace tu hijo.
La señora Navalnaya viajó a la ciudad de Salekhard, en el norte de Rusia, después de la noticia de la muerte de su hijo en una colonia penal cercana hace seis días.
En su discurso del jueves, dijo que había sido amenazada por las autoridades.
“Me miran a los ojos, dicen que si no acepto un funeral secreto, harán algo con el cuerpo de mi hijo”.
Dijo que los investigadores le dijeron: «El tiempo no está de tu lado, el cuerpo se está descomponiendo».
Lyudmila Navalnaya habló en un vídeo publicado en el canal de YouTube de su difunto hijo y finalizó el discurso exigiendo que le devolvieran el cuerpo.
No hubo respuesta inmediata de las autoridades rusas.
La politóloga Tatiana Stanovaya dijo que la decisión de mostrarle a Navalnaya el cuerpo de su hijo demostraba que las autoridades querían persuadir a la madre de Navalny para que «llegara a un acuerdo».
«El cuerpo será devuelto, pero con la condición de que el funeral no se convierta en un evento político», escribió en su canal Telegram.
Navalny murió en una colonia penitenciaria el 16 de febrero. Los funcionarios de la prisión dijeron que se enfermó después de «caminar».
El Kremlin negó las acusaciones y describió la reacción occidental ante la muerte como «histérica».
Lo trasladaron en avión a Alemania y se recuperó allí antes de regresar a Rusia en enero de 2021, donde fue encarcelado.
Los intentos de conmemorar su muerte encontraron una dura respuesta por parte de las autoridades rusas, con la retirada de monumentos temporales y cientos de arrestos.
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