El mundo tiene un importante problema plástico que aún no se ha resuelto. Estamos intentando reducir nuestra dependencia del plástico, pero esto parece imposible en la sociedad moderna. Esta sustancia es muy importante para nuestra vida diaria a pesar de su impacto en el medio ambiente. El plástico también daña directamente a los organismos vivos, ya que habitualmente se encuentran partículas de microplástico en su interior. Esto incluye el cuerpo humano, ya que una nueva investigación ha demostrado que las partículas microplásticas pueden acabar en todo tipo de órganos.
Una forma de reducir el impacto de los desechos plásticos en el medio ambiente es desarrollar mejores formas de descomponerlos. Una idea para el plástico biodegradable proviene de un equipo de Investigadores En el Instituto de Tecnología Avanzada de Shenzhen, Academia de Ciencias de China.
Los científicos han podido crear un tipo de plástico vivo que contiene esporas bacterianas. Las esporas están inactivas mientras los contenedores están en uso. Sin embargo, cuando hay que desechar el material, las bacterias pueden activarse, por lo que se despiertan y empiezan a consumir el plástico.
Las bacterias están inactivas en forma de esporas y, por lo tanto, pueden sobrevivir en las condiciones ambientales más duras. Cuando el ambiente es favorable, las bacterias vuelven a activarse. Esta es una pieza del rompecabezas. Las esporas de bacterias pueden sobrevivir al proceso de fabricación del plástico vivo. Otra preocupación es a qué tipo de bacteria le gusta comer plástico cuando está activo.
Investigadores de la Academia de Ciencias de China han creado productos plásticos que contienen esporas bacterianas que eventualmente destruirían el plástico. Eligieron una forma bacilo subtilis Las bacterias, que están diseñadas para secretar una enzima capaz de descomponer el plástico, la lipasa BC. Tomaron la enzima de diferentes bacterias, Burkholderia sepacia.
Las bacterias se convirtieron en esporas después de ser expuestas a iones de metales pesados. El equipo del profesor Chujun Dai combinó las esporas con perlas plásticas de policaprolactona. Luego derritieron la mezcla y formaron trozos de plástico duro. Las bacterias no sufrieron daños y el plástico se veía y se comportaba como plástico normal. El “plástico vivo” no estaba vivo mientras las bacterias permanecieran en forma de esporas.
Los investigadores han desarrollado dos métodos para activar microorganismos. El primer método consiste en exponer el plástico a una enzima, que despertará las bacterias, que luego consumirán el plástico. Las bacterias tardan entre 6 y 7 días en deshacerse del recipiente.
Otra opción es convertir los plásticos en materiales compuestos. La destrucción de los contenedores también activó las bacterias. En este escenario, las bacterias necesitaron de 25 a 30 días para descomponer el plástico una vez enterrado en el suelo. El plástico común tarda 55 días en descomponerse a un nivel que el ojo humano no puede ver.
En cuanto a la capacidad de supervivencia del plástico cargado de bacterias, el equipo sumergió el plástico vivo en la solución de Sprit durante dos meses. El contenedor de PCL mantuvo su forma estable, lo que demuestra que funciona igual que un contenedor de plástico normal hasta que se expone a las condiciones adecuadas que activan las bacterias.
Los investigadores también analizaron la mezcla de gérmenes que comen plástico con otros tipos de plástico. Pudieron mezclar esporas de bacterias que transportaban plásmidos verdes fluorescentes con diferentes tipos de plástico: succinato de polibutileno, adipato-co-tereftalato de polibutileno, ácido poliláctico, polihidroxialcanoatos e incluso tereftalato de polietileno.
Liberaron las esporas mediante trituración física y descubrieron que las bacterias estaban activas y liberaban la proteína fluorescente. Esta prueba muestra que existe la posibilidad de utilizar una tecnología similar para intentar crear otros tipos de plástico biodegradable en el futuro. Las bacterias sobreviven a procesos de fabricación que implican temperaturas de hasta 300°C (572°F).
Esta no es la única investigación sobre este asunto. Nuevo Atlas Se refiere a Un equipo de la Universidad de California en San Diego logró crear un material TPU (poliuretano termoplástico) que contiene gérmenes. Este material plástico comienza a descomponerse al ser arrojado a un vertedero.
Mientras tanto, el estudio de la Academia China de Ciencias estuvo disponible en Bioquímica de la naturaleza.
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