¿Sabías que entre 2000 y 2007, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) asignó dos órbitas a cada país para garantizar que cada país tuviera su propio espacio alrededor del cinturón geoestacionario para satélites?
Antes de emocionarse demasiado, ¿sabía también que a lo largo de los años, esas órbitas fueron invadidas por la mayoría de los países africanos, incluida Ruanda (que era 110E) y terminaron siendo completamente inutilizables?
Eso fue hasta la recién concluida Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones en Dubai, Emiratos Árabes Unidos, en la que se acordó registrar una nueva órbita de satélite para Ruanda situada a las 9.20 Oeste, junto con otros treinta países africanos -miembros de la Unión Internacional de Telecomunicaciones- para obtener reconocimiento internacional y proteccion.
Ahora puedes sentir la emoción.
Ruanda, junto con otros treinta países africanos, ha recuperado con éxito su estatus en el espacio, lo que significa que estos países africanos están oficialmente reconocidos y protegidos internacionalmente por la comunidad espacial internacional.
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Pero ¿por qué es esto tan importante?
El espacio es vasto, pero el espacio geoestacionario, donde los satélites permanecen fijos en su posición, es limitado.
Este cinturón especial alrededor del ecuador, a 36.000 kilómetros sobre la Tierra, es donde se encuentran la mayoría de los satélites de comunicaciones y transmisión.
La restauración de Ruanda de su lugar en este cinturón especial representa una oportunidad incomparable, ya que estas órbitas son de gran valor y valen millones de dólares estadounidenses.
Esto viene a resolver el mayor problema al que se enfrentan los países africanos con ambiciones espaciales.
Por ejemplo, algunos países no podrían lanzar satélites de comunicaciones o de radiodifusión incluso si tuvieran los fondos necesarios porque carecían de una órbita de cinturón geoestacionario.
El Reglamento de Radiocomunicaciones de la UIT y el uso extensivo del cinturón geoestacionario han dificultado la búsqueda de un slot, ya que cada 0,20 hay un satélite o un slot reservado para un país específico.
Con Ruanda asegurando su lugar, se abren las puertas para que el país lance su propio satélite cuando sea necesario.
Gracias a los avances tecnológicos, el costo del lanzamiento de un satélite ha disminuido, haciéndolo más asequible para los países del hemisferio sur.
Este logro no se produjo de la noche a la mañana. Fue el resultado de un viaje que comenzó en 2016, dirigido por George Kwizera, director de tecnología de la Agencia Espacial de Ruanda, quien recibió un Premio de Impacto Global de la Unión Africana de Telecomunicaciones por su liderazgo en el esfuerzo.
Esta victoria es un paso importante para que África destaque en la industria de los satélites.
Los países africanos ahora pueden pensar a largo plazo cuando se trata de invertir en el espacio porque sus lugares en el espacio están protegidos por el Reglamento de Radiocomunicaciones de la UIT.
Además, podemos dar un paso más hacia el aprovechamiento de las tecnologías y los recursos espaciales en beneficio de todo el continente y de la humanidad.
¿A quién conoces? Quizás pronto Ruanda y otros países africanos puedan cooperar y utilizar sus recursos orbitales para lanzar un único satélite económicamente viable que satisfaga todas sus necesidades.
¡El cielo ya no es el límite para África!
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